Todos los aspectos de nuestra vida necesitan la
participación de nuestra mente y de nuestro corazón y la relación de pareja no
es una excepción. Por tratarse de una relación amorosa, tenemos la tendencia a
pensar que el corazón tiene que ser el líder aquí, pero en realidad se requiere
mucho de la mente también. Si dejamos que el corazón se tome la atribución por sí
solo, tendremos dificultades más allá de las necesarias.
Osho dice:
“Hay cosas
que son imposibles para el corazón y lo mismo ocurre con la mente. La mente no puede amar, no puede sentir. El
corazón no puede razonar, es irracional”.
Y
agrega:
“La
mente puede calcular hacia dónde ir. El corazón se mueve rápido y sin pensar,
pero no sabe a dónde va porque es ciego”.
Es bien fácil advertir que para formar y sostener
una relación sana y armoniosa necesitas amar y necesitas razonar. Hay momentos
en que necesitarás de tu mente y en otros que necesitarás de tu corazón. Saber
cuándo participa uno y cuándo el otro, es un arte. Pienso que el arte de amar
es el arte de manejar ambos aspectos en el momento adecuado.
¿Y cuándo es el momento adecuado?
Creo que esta es una pregunta bien difícil de
responder porque depende de muchos factores.
Me imagino que habrás visto el final feliz de una
película romántica cuando el jovencito corre y alcanza a encontrar a su amada a
punto de irse para siempre y que al llegar junto a ella, se reconcilian y viven
felices para siempre.
Este desenlace solo puede ser posible a causa del
gran impulso del corazón del jovencito que, sin perder tiempo en los
razonamientos de su mente, llega justo a tiempo para reconquistar a su amada. Aquí
la mente ha quedado relegada a un segundo plano.
Veamos el caso desde la perspectiva de la amada. De
forma consciente o inconsciente, ella ayudó a su amado a que pudiera utilizar
su corazón más que a su mente. Estaba dispuesta a terminar la relación si no
veía una señal de ese corazón vivo y palpitante. La amada utilizó su mente racional
para planificar su retirada con la intención de activar el corazón de su amado
y por eso pudo ser posible la reconciliación.
Creo que el amor de pareja consiste en eso, en un
hermoso juego de mente y corazón, una sabia danza entre razón e impulso, donde
solo los amantes pueden saber jugar.
Esta maravillosa danza solo puede ser posible para
seres despiertos, seres conscientes que saben lo que están haciendo, que saben
hacia dónde quieren ir y que son capaces de aceptar las consecuencias de sus
actos con responsabilidad y madurez.
Esta maravillosa danza puede transformarse en
pesadilla cuando no se tiene dominio de ambos aspectos, cuando se utilizan en
desproporción o cuando se utilizan en los momentos no adecuados.
No estoy de acuerdo con que la mente y el corazón
prevalezcan según el género o que tengan
que ser igualados entre hombres y mujeres. Creo que el amor de pareja es una
gran posibilidad que tienes para practicar y descubrir tu sabiduría interna que
maneja tu mente y tu corazón con maestría según lo requiera tu alma, según sea
necesario, según el momento y la circunstancia donde te encuentres.
Hay algo en ti que sabe guiarte. Disfruta del
camino mientras llegas a esa maestría.
Patricia González
Envía tu consulta a patricia@evolucionespiritual.com, intentaré responder lo más pronto posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario