Esto ocurre porque somos distintos,
porque todos pensamos y actuamos de distinta manera.
Entonces…
¿hasta donde podemos
aceptar o rechazar esas diferencias que se producen al interior de la relación?
Es una buena pregunta.
Todo depende de lo que se trate.
Cada uno de nosotros tiene un nivel de merecimiento distinto y por eso este
limite no puede ser impuesto por nadie, solo tiene que ser descubierto por cada
cual en particular.
Una persona puede estar feliz
porque su pareja ha superado la violencia y ha dejado de sentirse amenazada,
mientras que otra, no acepta que su pareja no sea lo suficientemente
ordenada con sus cuentas y prefiere romper la relación.
Todo depende de los
limites de cada cual. Toda decisión es correcta, porque depende del nivel de
merecimiento que cada cual tenga para si mismo.
Si estás en una relación donde tu
pareja no es como se supone que tiene que ser, puedes decidir romper la relación.
Pero si quieres seguir, tendrás que comprender, que no será posible sostener
esa relación a base de reclamos, quejas y exigencias.
Nadie puede ser como tú esperas
que sea y no será posible que esa persona se ajuste a tu modelo aunque tu
propuesta sea maravillosa. Los reclamos y quejas nunca van a alimentar el amor.
Pueden existir dos razones para
tus quejas. Una es que quieres que tu pareja se ajuste a lo que quieres para
evitar un desafío que se te presenta (como ser más independiente, mas seguro(a),
etc.) y la otra razón es que puedes estar queriendo completar una carencia
personal por medio de tu pareja (como recibir más cariño, más atenciones).
Piensas que tu pareja tiene que
darte lo que necesitas, pero eso no es así. No necesitas que alguien te de algo,
porque has sido creado completo y ya tienes dentro de ti lo que quieres que te
den. Ahora puedes comprender que los demás sean tal cual como son.
Patricia González